50 Ejemplos de comunicación no verbal
En el día a día los humanos interactuamos mostrando infinidad de ejemplos de comunicación no verbal. ¿Quieres aprender a identificar los principales? A continuación de mostramos de manera breve muchos de ellos.
Te proponemos un reto, con cada bloque, antes de leerlos, intenta adivinarlos haciendo memoria de tu vida cotidiana ¿Cuántos crees que acertarás?
- Lenguaje corporal de ojos y cara
- Ejemplos de comunicación no verbal con la cabeza
- Ejemplos de lenguaje no verbal con las manos
- Comunicación no verbal con los brazos
- Lenguaje corporal con pies y piernas, ejemplos
- Lo que tu postura dice de ti
- Ejemplos de lenguaje no verbal según la distancia
- Ejemplos de comunicación no verbal oral
Lenguaje corporal de ojos y cara
La cara es el reflejo del alma, dice el refranero popular. No le falta sentido, podemos expresar multitud de mensajes con la expresión de nuestro rostro.
Los ojos medio cerrados indican sueño o desinterés mientras que al contrario denotan sorpresa o deseo. Nuestra pupila se dilata cuando vemos algo agradable. Nos puede ocurrir tanto cuando vemos a una persona atractiva como nuestro plato favorito.
Mirar con atención a los ojos de tu interlocutor transmite confianza e interés. Dejar de hacerlo aburrimiento, hartazgo o que se está mintiendo.
Guiñar un ojo es señal de complicidad y uno de los ejemplos de comunicación gestual más extendidos. ¿Recuerdas la última vez que lo hiciste?
Rascarse la nariz es un ejemplo de comunicación no verbal que puede resultar confuso porque si la persona que lo realiza siente picor o ganas de estornudar es un gesto completamente natural. Fíjate en ti mismo si lo haces sin alguno de los motivos anteriores, significará que o bien no estás diciendo toda la verdad o que estás molesto por algo.
Las cejas también resultan muy expresivas. Cuando se levantan ambas es una señal inequívoca de sorpresa, pero si solo lo hacemos con una estamos expresando intriga. Mover ambas frunciendo el ceño es un indicador de enfado. ¡que no se acerque nadie!
La boca también es una fuente inagotable de lenguaje no verbal. Bostezar expresa aburrimiento, morderse las uñas muestra nerviosismo y si la abrimos por completo es que nos han dado una sorpresa.
Morderse los labios de manera brusca es también señal de nerviosismo, pero si los mordemos de forma suave, principalmente el inferior, estamos indicando atracción y ganas de atraer. Si lo que hacemos con nuestros labios es moverlos cerrados hacia los lados es que estamos pensando y buscando una solución. Este lenguaje gestual puede ser más evidente si se ponen “morritos”.
Cuando nos llevarnos algún objeto a la boca, como un bolígrafo o el dedo, si somos niños estamos mostrando inseguridad o nerviosismo. Por eso los bebés se tranquilizan chupándose el dedo o con su chupete.
La sonrisa, cuando es natural y espontánea, expresa alegría, satisfacción y sentirse a gusto, pero cuando es falsa denota todo lo contrario, es una sonrisa “por circunstancias”.
¿Cómo distinguir una sonrisa falsa de una verdadera?
Una bonita sonrisa, si es de verdad, es uno de los mejores ejemplos de comunicación no verbal justo antes de iniciar una conversación.
Cuando se sonríe de corazón la sonrisa involucra a toda la cara. Además del movimiento de los labios, los ojos se “achinan” haciendo que se marquen las tan odiadas “patas de gallo” (la gente feliz tiene más, dicen).
Sin embargo, una sonrisa forzada solo utiliza la boca, dejando el resto de la cara sin movimiento y delatando que sonreímos por obligación.
Ejemplos de comunicación no verbal con la cabeza
Existe multitud de información que podemos extraer simplemente de la inclinación de la cabeza. Cuando está ladeada mostramos interés hacia lo que nos están diciendo, pero si la inclinamos hacia abajo demostramos sumisión o desinterés (no miramos a los ojos).
En los casos en que reclinamos la parte posterior de la cabeza sobre las palmas de las manos mostramos que estamos a gusto y mucho más si incluso ponemos los pies sobre la mesa. Esta es una posición de mucha familiaridad o de superioridad, cuida mucho en qué circunstancias la haces.
Un gesto muy conocido es el de asentir o negar con la cabeza. En el caso del asentimiento, si este se repite con mucha frecuencia e incluso intensidad, es señal de que estamos de acuerdo y no es necesario seguir insistiendo.
El asentimiento y la negación son gestos muy poderosos, prueba a combinarlos de manera incorrecta con el lenguaje verbal y verás el desconcierto que provocas, aunque es muy probable que no puedas hacerlo, lo tienes muy aprendido.
Rascarnos el cuello o la cabeza con la mirada baja es signo de inseguridad, de no tenerlo claro, tanto de lo que estamos diciendo en ese momento como de lo que nos acaban de contar. Nuestro lenguaje no verbal también indica que estamos reflexionando.
Si nuestra barbilla está alta, demostramos poder. Piensa en un militar desfilando, ¿lo hace mirando al suelo para no tropezarse en mitad del desfile?
Y, por último, una postura que involucra cabeza y brazos. Si apoyamos la barbilla sobre las palmas de las manos (una o ambas), demostramos aburrimiento, pero curiosamente, si lo hacemos sobre el puño cerrado o sobre los pulgares, su significado es justo el contrario, es una postura de prestar atención y de reflexión sobre lo que escuchamos.
¿Notas la diferencia?
Ejemplos de lenguaje no verbal con las manos
Mostrar las palmas de las manos es señal de honestidad. Es como decir:” mira, no tengo ases bajo la manga”. También muestra que no se portan armas, una clara señal de buenas intenciones. Un apretón de manos también es una manera de mostrar que no se esconde nada.
Cuando nos frotamos las manos (y no es por frío) estamos esperando o delante de algo bueno ¡cómo me voy a poner!
Poniéndolas en forma de triángulo, tocando las yemas de los dedos, es para acompañar a los argumentos que estamos explicando, mostrando confianza. Es un gesto habitual en quien da un discurso o habla en público (fíjate en los políticos)
Meterlas en los bolsillos de continuo demuestra desinterés en la conversación. Date cuenta que cuando hablamos con interés gesticulamos. Mantenerlas quietas es demostrar desgana en “dialogar”.
Si nos las agarramos por detrás de la espalda es señal de confianza en nosotros mismos ya que estamos dejando descubiertas partes vitales como el pecho o los genitales (quizás conozcas la expresión: “a pecho descubierto” para dar idea de valentía)
Taparse la boca por completo o ligeramente al hablar es signo de estar mintiendo o de duda. Rascarse la cara tapando la boca o rascarse la nariz denota poca honestidad.
Cuando señalamos con el índice mostramos enfado o agresividad, es el complemento perfecto a una bronca verbal.
La señal con el puño cerrado y el pulgar seguro que la conoces, es uno de los ejemplos de comunicación no verbal más reconocido. En tiempos de los gladiadores podía significar mucho. Afortunadamente en nuestros días, tan solo denota, que las cosas han ido bien o mal, según el pulgar esté hacia arriba o hacia abajo. También significa que no lo tenemos claro si lo dejamos horizontal con ligero movimiento.
Hacer un gesto con uno o ambos puños cerrados es señal de poderío, de victoria. Es un gesto que verás hacer a los deportistas después de marcar un gol o encestar o tras algún logro.
Un claro signo de nerviosismo es mover los dedos en secuencia de manera compulsiva golpeando una superficie.
¿Y quién no se ha golpeado levemente la frente con la palma de la mano cuando ha olvidado algo?
Comunicación no verbal con los brazos
¿Quién no se ha encogido de hombros cuando no se sabe algo? Este es un gesto típico de duda o indiferencia, a no estar comprendiendo lo que se tiene delante.
Cruzar los brazos es una señal defensiva (por contraste de lo que decíamos antes de “ir a pecho descubierto). Nos estamos protegiendo y nos cerramos a lo que tenemos enfrente. Ten mucho cuidado con este gesto en tus entrevistas de trabajo.
Un gesto de confianza y cercanía es tocar el brazo del otro, pero para ello hay que tener una relación estrecha, en caso contrario se ve como una muestra de agresión por invadir el espacio personal.
Lenguaje corporal con pies y piernas, ejemplos
El movimiento compulsivo de los pies es siempre señal de nerviosismo. Estos movimientos suelen ser más involuntarios, ya que, según los expertos, nuestras extremidades inferiores están más alejadas de nuestro centro de control, el cerebro, y van “más a su aire”.
Cruzarlas, junto con los brazos, refuerza el lenguaje no verbal de estos, mostramos a nuestro interlocutor que nos encontramos a disgusto y nos ponemos a la defensiva.
La postura de las piernas que denota serenidad es cuando no se cruzan o se hace de una manera poco forzada (que no provoque un tirón del esfuerzo). De hecho, en hombres, cruzarlas poniendo un tobillo sobre la rodilla contraria es señal de estar confortable y dominando la situación. Es uno de los ejemplos más conocidos de lenguaje corporal en posición de sentado.
Llevado al extremo, una postura de mayor dominio y serenidad es la de poner los pies encima de la mesa. Además de lo anterior indica posesión, control (un cazador con un pie sobre la pieza que acaba de cobrar), el futbolista con el pie sobre el balón.
Lo que tu postura dice de ti
Una postura erguida, con la espalda recta, las piernas separadas a la altura de las caderas, cabeza alta y brazos hacia adelante es una manera de expresar control de la situación. Con la espalda encorvada y mirando al suelo, lo contrario.
De hecho, sentarse con la espalda erguida, además de proyectar una buena impresión puede mejorar nuestra autoestima. Adoptar esta postura estirada, acaba por convencernos de que tenemos la situación bajo control, que es lo que expresa la propia postura en sí misma. No olvides esto en tu próxima entrevista laboral.
Los brazos en jarras muestran también una postura de autoridad (reclamamos más espacio), aunque no deja de ser más familiar. Cuanto más se saque el pecho, más estatus se muestra.
No alberga ninguna duda que una reverencia indica sumisión a la autoridad de nuestro interlocutor. Si la devuelve demostrará que te considera al mismo nivel y si no lo hace es que acepta tu subordinación.
Bajar la mirada es también una señal de reconocimiento de autoridad. Así por ejemplo un niño la bajará mientras recibe la reprimenda de sus progenitores o un profesor.
Un gesto de lenguaje corporal muy común ocurre con las palmas de las manos, pero hemos preferido dejarlo para este bloque porque engloba más partes de nuestro cuerpo. Es lo que podríamos denominar como una postura abierta; los pies separados a la altura de nuestros hombros, los brazos abiertos (por completo o casi pegados al cuerpo) y mostrando las palmas de las manos.
Esta es una manera de mostrar honestidad, honradez, que no tenemos nada que esconder. De hecho, esta posición es la de inicio de un abrazo, que es una actitud muy amigable.
Ejemplos de lenguaje no verbal según la distancia
La distancia entre personas corresponde a la relación que existe entre ellas. Se definen 4 espacios según la separación entre individuos (íntima, personal, social y pública).
Según la separación que mantengan los interlocutores podemos tener una idea del grado de confianza que existe entre ellos. Las parejas irán de la mano o abrazadas, los amigos a una distancia personal…
Ejemplos de comunicación no verbal oral
La comunicación corporal, además de gestos y posturas, también incluye un componente oral, como son otros sonidos y otras características asociadas a la manera de pronunciar las palabras como es el tono, volumen y velocidad de tu voz.
Cuando empleas un tono alto y rápido estás demostrando alegría y lo contrario para un sentimiento de tristeza.
Un tono elevado y pausado refuerzan nuestra credibilidad, por ejemplo, imagina el discurso de una eminencia.
Un volumen alto y pronunciando las palabras con rapidez es síntoma de nerviosismo.
Un ejemplo muy curioso es cuando hablamos con un extranjero que no conoce nuestro idioma. Pensamos que hablando más alto y despacio nos va a comprender ¿crees que lo hará?
Después de todos estos ejemplos de comunicación no verbal, si los dominas, ya puedes decir que tu discurso es, por completo coherente.
Redactor experto en temas de inteligencia emocional y comunicación no verbal. Sus más de 2 décadas de experiencia como reclutador o candidato ayudan para interpretar la influencia de lo anterior en un entorno laboral.